PREGUNTAS-RESPUESTAS II
Estimado colega:
En vista de que estás publicando nuestro intercambio de ideas, trataré de exponer claramente lo que he podido comprender de tu respuesta.
En la primera parte de ella, te planteas la arquitectura como un problema de conocimiento, por ende, como una falta de capacidad crítica. Sin embargo, evitas reducir la arquitectura al puro conocimiento, a su aspecto abstracto. Te inclinas por un balance entre la aplicación práctica del conocimiento y su formulación teórica. De hecho, sostienes que la primacía de uno solo de los componentes de la creación arquitectónica impide alcanzar el objetivo de integración sana y equilibrada con el entorno social y natural. Das a entender, así, que éste debiera ser el objetivo fundamental de la arquitectura.
En la segunda y la tercera parte, bosquejas la que a tu juicio es la situación actual de la arquitectura, tanto en el campo de la enseñanza como de la práctica profesional. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo. Tu visión deja lugar a la suposición de que la arquitectura ya había alcanzado en el pasado un progreso ascendente y que ahora sólo cae en picada. Si recuerdas, una de las metas de Le Corbusier era que el arquitecto no sólo igualara sino que incluso superara al ingeniero; a Le Corbusier le parecía que el arquitecto había sido desplazado por el ingeniero, porque éste se identificaba plenamente con el progreso y la producción industrial y el arquitecto no. No es sino hasta el siglo XIX que el arquitecto diplomado surge oficialmente, respaldado por la Academia. Ahora bien, la figura del arquitecto, que nos parece tan clara a partir del Renacimiento, no sólo era borrosa en la Edad Media, sino también en la época grecorromana: las cartas de Plinio el Joven nos relatan que los arquitectos "romanos" en realidad procedían del Asia Menor, de Siria o de Armenia, es decir, de los restos de los reinos sucesores del imperio de Alejandro Magno. Según Trajano, en una de las cartas a Plinio, los griegos eran vistos como un pueblo de arquitectos. Pero en general, aunque apreciados por sus conocimientos, los griegos eran llevados a Roma en calidad de sirvientes. La realidad no era diferente en la Antigua Grecia, el arquitecto no estaba a la altura de un escultor, mucho menos a la altura de un poeta. Existen inscripciones en la Acrópolis que revelan que un arquitecto griego ganaba lo mismo que un picapedrero, si bien los antiguos griegos consideraban que el trabajo asalariado no era digno de los hombres libres. Con que, el "ascenso" de la arquitectura como profesión especializada sería más bien reciente.
En la cuarta y última parte me da la impresión de que defines el método como "una herramienta" sólo para prescindir de este recurso. ¿Prescindes de todo método en tus investigaciones? El hombre no sólo es un ser natural, también es un ser social. ¿Por qué reducir el fenómeno humano a sólo la parte natural? En lo que toca al origen del desequilibrio, sin un método y sin delimitaciones socio-naturales, lo mismo podemos remontarnos a la expulsión bíblica del Paraíso que a la idea de Gropius de que el equilibrio se pierde con la irrupción del individualismo y la vida mercenaria de la Edad Moderna.
Respecto a tu especialidad en la Bauhaus, en Gropius y en la nanotecnología, quisiera saber si has llevado a cabo una investigación sobre estos temas, o si sólo se trata de un planteamiento esquemático del cual partir para futuros análisis.
M. R.
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